martes, 12 de julio de 2011

Un Cuento y Mitos de Nuestra Selva

DON ARTEMIO Y EL DIFUNTO


En Yurimaguas, la Perla del Huallaga, existía hace muchos un barranco. En el día era dificultoso atravesarlo, por los palos movedizos que habían puesto sobre el agua, en la noche se evitaba pasarlo, pues aparte del peligro de caerse, se contaban muchas leyendas y supersticiones, que el alma penaba, que se aparecía el demonio, que el difunto dejaba escuchar su característico fin…fin….fin….y solo los valientes lo hacían con linterna en mano y lo contaban como hazaña.
Que tunchi, ni que difunto, exclamó el joven Artemio, tenía sus 20 años de edad. Son supersticiones, yo no creo, ni creeré nunca.
No crees en los curanderos y brujos, contestó el viejo Samuel, debes saber que los curanderos conocen las propiedades, virtudes y efectos de determinadas raíces, cortezas, hojas y frutos y hacen el bien curando y se ha visto casos de enfermos desahuciados por los médicos, estos curanderos han hecho el prodigio de conseguir su recuperación y devolverles la salud.
Los brujos, en cambio, también conocen las propiedades de las plantas, tierras y restos de animales, pero lo utilizan para hacer el mal y para vengarse.
Eso es otra cosa, dijo Artemio, los daños y bienes que hacen los brujos, eso yo no lo niego, inclusive los doctores en Iquitos dan leche de ojé, sangre de grado, chuchuhuasi y hasta ayahuasca.
En cambio, el difunto, el tunchi, ese ser de otro mundo que silba, que llama y que la persona que lo oye tiembla de miedo. No hay nada, cuando uno muere, se acaba todo y nos comen los gusanos.
Y Artemio, así se burlaba de los seres de ultratumba. En la noche en reuniones, decía que no creo en los tunchis, pero cuando estaba solo no comentaba ni quería recordar a estos seres del otro mundo, porque tenía miedo.
Una noche se celebraba una fiesta y el joven Artemio no podía faltar, vivía con su mamá y sus hermanos. De su casa al lugar del baile tenía que pasar por el barranco de los espíritus malignos en forma obligatoria.
Artemio le dijo a su mamá: Voy al baile, he trabajado todo el día, voy a divertirme un rato. Ella le contestó: No te demores mucho y para sus adentros se dijo: Pobre mi hijito, ya tiene edad, que tenga su moza.
Artemio llegó a la fiesta, bailó animadamente y luego salió disgustado por que su enamorada no le hizo caso. Regresaba a su casa, la noche era negra, cuando de pronto la idea del tunchi salta a su memoria y siente miedo, cuando de pronto escucha al tunchi y su fin….fin…..finnn…..
Comienza a temblar, sus nervios se alteran, escucha nuevamente el fin….fin….fin…, temblando y pálido, sigue caminando, está cerca de su casa, recobra valor y le remeda al tunchi y como burlarse repite su fin…fin…fin. Y corre a su casa, las piernas le tiemblan, se asusta y sigue corriendo, siente que el tunchi le sigue, le alcanza, corre más y cae contra la puerta de su casa.
El ruido de la caída, despierta a su madre, quién salió a ver que sucedía y cual fue su sorpresa al encontrar a su hijo tendido en el suelo, inconsciente, botando espuma por la boca, no podía hablar.
Se muere mi hijo, exclamó se muere y su hemana Miguelina salió con una vela y vé junto al cerco y a un arbusto un cuerpo velludo, con la cabeza agachada, garras filudas y piernas que terminaban en bolos.
Casi se desmaya de miedo y dijo: Ahí está, sus hermanos salieron para ver al tunchi, sin embargo éste había desaparecido, no vieron nada.
Artemio, se había recuperado y quedó dormido. El tunchi se presentó en su sueño y le dijo con voz gangosa: Da gracias que has estado cerca de tu casa, sino ya estuvieras conmigo.
Han pasado muchos años y don Artemio, ahora jamás se burla de los difuntos.

 
LA RUNAMULA

Nombre compuesto por los vocablos: runa que significa hombre y mula que es una bestia producto de la hibridación del caballo con el burro.
La Runa Mula es una mujer casada que tiene relaciones sentimentales con el cura. Esta, en las noches de los martes y viernes, toma la forma de una blanca y hermosa mula, la misma que es montada por un pequeño jinete con látigo en la mano.Cuando éste llegaba a la casa de la mujer, ella se revolcaba por el suelo y al instante quedaba convertida en mula.
El diablillo jinete montaba y luego de darle con furia con la rienda sobre las ancas, salían a todo galope por las calles botando chispas de candela, tanto del anca como del piso.
Cuenta la tradición que para saber que mujer era la que convivía con el cura, se tenía que disponer de una hebra larga de soga de caballo, la que se atravesaba en la calle, por donde iba a pasar la runa mula y al tomar contacto con la rienda, la mula tomaba la forma natural de una mujer.
Relatan que en el distrito de La Habana, provincia de Moyobamba, había un cura muy famoso, por sus aventuras con mujeres casadas, incluso llegó a procrear hijos en una de ellas.
Cuando la runa mula salia por las calles, la gente decía:¡ Está pasando la Agueda montada por el Padre Villacorta¡
Y cuando amanecía, iban a ver a doña Agueda y la encontraban desganada, rendida, sin ánimo de trabajar, pues aducían que era por los fuertes latigazos que le propinó su jinete en la noche anterior.

EL URCUTUTO

El urcututo es un búho de gran tamaño que vive en la copa de los árboles más grandes de la selva. La leyenda dice que algunos brujos “maleros”(los que hacen daño con sus hechizos) utilizan estos búhos para enviar dardos mágicos sobre una pèrsona elegida para causarle algún daño.
También utilizan a los urcututos como mensajeros y para espiar el lugar donde algún curandero realiza sesiones de ayahuasca para curar a una persona que el mismo brujo malero dañó.
Es considerado por algunas personas como animal de mal agüero, por otras de buena suerte, dependiendo de la creencia y de las circunstancias.Suele emitir graznidos posándose en los árboles, preferentemente en horas de la noche.

EL TUNCHI SILBADOR

 
Es el espíritu de los muertos, que regresa del otro mundo a cumplir alguna penitencia o el alma de los que van a morir y están recogiendo sus pasos antes de abandonar la tierra.
Estas almas en pena, son entes etéreos que se anuncian a los vivos con un silbido lúgubre muy característico: fin, fin, fin,fin,finnnnnn, con la resonancia de sus pisadas o con ruidos de las cosas o muebles que tocan, causando temor y espanto a los que escuchan.
Algunas veces los tunchis se materializan bajo la forma de espectros o fantasmas de blancas vestiduras, que se desplazan a baja altura sin tocar el suelo.Algunos han sentido su frío aliento en la espalda y otros le han escuchado hablar y dice que su voz es nasal y espeluznante.



LA SIRENITA

Pez en forma de mujer que vive solitaria en las profundidades de los ríos, pero en busca de un compañero suele subir a la superficie de una playa solitaria en donde canta.
Se dice que si un hombre escucha su canto, será atraído hacia el lugar donde está la sirenita y no podrá resistirse a sus encantos.El hombre dejará todo y se irá con ella para siempre, desapareciendo en el fondo del río y conducido hacia un palacio dorado y adornado con piedras y conchas preciosas donde la sirena vive como reyna servida por todos los hombres que ella llevó hacia las profundidades.

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